martes, 5 de marzo de 2013

Si fuera profesor ...

Hola de nuevo,

He identificado el Blog como uno de mis máximos ladrones de tiempo, ya que aunque programo también el tiempo que le voy a dedicar, siempre me paso. Esta entrada la tenía en borrador desde antes de Navidad pero o no tenía tiempo de revisarla, o surgía un tema más interesante.

A lo importante; no creo que vaya a ser nunca profesor - aunque siempre me lo he pasado bien explicando mis escasos conocimientos a los demás - pero sí que me he planteado qué haría con los alumnos de la UEM, en caso de que tuviera que darles clase.

Aquí van una decálogo de principios, que están a mitad de camino entre M.J.Terrón y Clin Eastwood en "El Sargento de Hierro" (dejo al juicio de cada uno quién es más "sargento"):

  1. Les explicaría que las encuestas de los alumnos las tomo en consideración en su justa medida; nunca daría clase - salvo necesidad extrema, que espero no tener nunca - sin haber dejado claros mis principios a quien me contratase.
  2. La puntualidad es innegociable; los horarios de la UEM están organizados para que haya 10 minutos entre clase y clase, y yo doy fe que - con buena voluntad y ganas - se pueden incluso compaginar asignaturas de los 4 cursos en un mismo trimestre. Cualquier alteración debe ser avisada con antelación y organizada previamente, para que la clase no se convierta en el Carnaval de Cádiz, es decir, en una fiesta.
  3. En clase NO habría dispositivos móviles (teléfonos o tabletas) ni ordenadores, salvo que fuese imprescindible para la asignatura, o caso de fuerza mayor, que sería la excepción no la norma.
  4. Las clases serían muy participativas - hay que prepararse para el mundo real - lo cual requeriría atención de todos los intervinientes; para estar de cuerpo presente, mejor que no estén, ya que perjudican a toda la clase.
  5. Habría que tomar apuntes, aunque sólo fuese para saber de forma general de que se habla en cada clase y luego no andar preguntando; no se puede obligar a nadie, pero evidentemente, quien lo hiciese tendría ventaja.
  6. Aprobaría quien acreditase los conocimientos mínimos exigibles (con atender en clase - no vale de y estudiar algo más bastaría) pero sacaría buena nota sólo quien hiciese un esfuerzo de verdad. El pago de la matrícula es condición imprescindible para aprobar, pero no lo garantiza ... como piensan algunos compañeros.
  7. Pondría a disposición de los alumnos unos apuntes muy completos, pero que "asustarían" si no se pasasen por el filtro de "ir a clase"; es decir, motivaría de verdad que la gente fuese a clase y atendiese.
  8. Los trabajos tendrían como objetivo fomentar la investigación; vamos, que se necesitaría "bucear" en la red y estar acostumbrado a buscar distintas fuentes. Por supuesto, se exigiría un estilo de presentación como el que les van a pedir a los alumnos cuando salgan a "pelearse"en el mundo profesional; y los plazos de entrega ... inamovibles. Para eso está Habilidades de Comunicación (HHCC para los amigos); lo que yo he visto de escribir una hoja en sucio, sacarle una foto y subirla al campus virtual, estaría considerado como delito penal.
  9. Trabajaría la expresión oral de forma activa para potenciarla en los alumnos, dentro de las posibilidades de cada uno, e independientemente de qué asignatura se tratara.
  10. Como profesor, sería tan cercano como fuese posible, a imagen y semejanza de lo que he vivido yo aquí.

Este decálogo se podría resumir en uno (pero entonces no llenaría la entrada), y es hacer que los alumnos se comporten como adultos y el profesor los trate como tal, haciéndoles ver que ellos son dueños y responsables de su futuro; estoy seguro que perseverando, insistiendo y exigiendo, se puede conseguir ... al menos en una aceptable proporción.

En algún punto del camino se quedó la educación, los principios y el culto al esfuerzo; es sólo cuestión de encontrar dónde fue y seguir desde ahí ¿De que sirve que un ingeniero sepa construir una nave o diseñar una máquina, si no es capaz de trabajar en equipo, respetar a los demás y cumplir sus objetivos?

¡Seguro que yo no ganaba el premio de profesor del año!

Hasta pronto,




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